jueves, 18 de noviembre de 2010

¿A quién estás juzgando?

A menudo hablo de la importancia del auto-perdón, pero hay algo más que puede interponerse en tu crecimiento y es... ¡juzgar!

Por supuesto, el juzgar a los demás no te permite perdonarles.
Como Madre Teresa dijo, "Si juzgas a las personas, no tienes tiempo de amarlas" ya que amor y juicio no pueden convivir.
Cuando te juzgas a ti mism@, te estás condenando por tus errores, fallos e imperfecciones.
Cuanto peor te sientas hacia ti mism@, menos posibilidades tendrás de sanar, cambiar y experimentar tu verdadera naturaleza amorosa y la grandeza y belleza que realmente eres.
El juicio aumenta lo que se juzga (en tí o en otr@) y te mantiene atrapad@ en tus errores y en los patrones negativos de pensamiento.

El amor, la compasión y el perdón te permiten soltar lo que no eres y lo que te sea inservible, ya sean pensamientos, sentimientos, actitudes, personas o situaciones en tu vida y seguir adelante con libertad.
Cuanto más te ames, más se reflejará ese amor en tu mundo, en forma de una realidad positiva, feliz y próspera.

Deja de atacarte y opta por ver lo mejor de tí. Cuando lo hagas, comenzarás a ver lo mejor de los demás también. Si te sientes mal contigo mism@, reconoce en ello la voz de tu ego, no la de tu consciencia superior y amorosa.

Tod@s cometemos errores. El Perdón es el camino que te lleva a un nuevo despertar, purificando y refrescándote a tí y a tu realidad.

La VERDAD es que ERES INOCENTE.

Desházte de los juicios en tu mente para que puedas escuchar tu verdad. No eres tu oscuridad, tus fallos o tus errores. No te identifiques con esa parte oscura de tí mism@.

Reconócete, compréndete, perdona y cambia. Es fácil amar lo que es hermoso en ti, pero son tus zonas más desagradables aquellas que debes amar más y con las que debes ser más compasiv@.

Tu felicidad es uno de los mejores regalos que puedes darle al mundo y a aquellos que amas, ya sean los amigos, la familia o la pareja.

Suelta el juicio que mantienes contra ti mism@ y contra otr@s y perdona de verdad.
¡Libérate de esa trampa de una vez por todas!

Cuando dejas ir lo que no eres, te conviertes en lo que puedes ser. Todos ganan cuando te perdonas. Cuando dejes de juzgarte a ti mism@, dejarás de proyectar esos juicios en los demás, y tus relaciones mejorarán.

Tu mundo puede reflejar como en un espejo lo que secretamente piensas o crees sobre tí o por lo que te juzgas. Si eres dur@ contigo, puedes atraer juicio y crítica de otros hacia tí, o puede que critiques a otr@s como proyección. Cuanto menos compasiv@ seas contigo, menos lo serás con los demás.


Tus críticas pueden indicar creencias que tienes sobre tí mism@, los demás y el mundo, y se reflejan en tu mundo exterior. 

Cambia tus creencias y cambiarás tu mundo. Si no te gustan los resultados que obtienes en la realidad, es momento de cambiar la raíz de todo, lo que crees por dentro.

Comprométe a amarte, sobre todas las cosas. Perdónate y perdona.

NAMASTÉ

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